Educar. Arte, ciencia y paciencia.

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jueves, 25 de abril de 2013

RIÑAS


No es lo mismo no estar de acuerdo que reñir. Hay que acercar posiciones. Conviene dialogar porque las riñas proceden de un problema de incompatibilidad de caracteres, de una manera distinta de ver las cosas, lo cual provoca disputas o desacuerdos. Las riñas solamente se pueden vencer si cada uno de los esposos hace un pequeño examen de cuáles son las razones por las que actúa de una determinada manera, de modo que merced a ello intente dominar su carácter. A una persona mayor hay que pedirle que haga su propio examen. (Leonardo Polo)

viernes, 19 de abril de 2013

SOBRESALIENTE



SOBRESALIENTE

            A los que descubren que su suegra es también 

la madre de su mujer. POR SENSATOS.

martes, 16 de abril de 2013

TODO LO NUEVO SUELE FUNCIONAR BIEN


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ODO LO NUEVO SUELE FUNCIONAR BIEN, PERO NO CABE DUDA DE QUE EL TIEMPO NO PASA EN BALDE. QUÉ AGRADABLE SENSACIÓN LA DE CONDUCIR UN COCHE NUEVO O DISFRUTAR DE ESA VIVIENDA RECIÉN ESTRENADA.

EL SECRETO: PONER ILUSIÓN EN TODO LO QUE HAGAMOS.

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ENTRE LAS DISTINTAS ACEPCIONES o definiciones que el diccionario de la Real Academia de la Lengua da de la palabra ilusión, he escogido la siguiente: "Esperanza cuyo cumplimiento parece especialmente atractivo". Siguiendo el hilo de la definición, uno podría pensar en la ilusión de los enamorados que se plantean una vida en común: todo parece especialmente atractivo.

            ¿Cuál es el secreto para no perderla?: compartir el objeto de esa ilusión. En algunos asuntos será fácil, pues ambos persiguen un mismo fin: Sin embargo, a veces sólo el amor al otro hará que mi ilusión se fundamente en hacer feliz a la persona amada; sus metas serán mis metas y como consecuencia sus ilusiones serán mis ilusiones.

            Si se pierde la ilusión, se pierde el sentido de las cosas y  aparecen el aburrimiento y la desidia.

            Por lo tanto, la ilusión por el día a día, el esfuerzo por ilusionarse es lo que hace al amor eternamente joven.



viernes, 12 de abril de 2013

DOS CARACTERES



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ODOS TENEMOS EXPERIENCIA EN QUE NO ES NADA FÁCIL: DOS CARACTERES, DOS PUNTOS DE VISTA, DOS GUSTOS, DOS PERSONAS CON SUS VIRTUDES Y SUS DEFECTOS.

NO HAY DOS PERSONAS IGUALES. SOMOS ÚNICOS E  IRREPETIBLES.
                                                           
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ES EVIDENTE QUE SOMOS únicos e irrepetibles; cada uno, de nuestro padre y de nuestra madre y cada uno con sus cadaunadas.

            Me puedo hacer un poco pesado, pero no se me ocurre otra solución: Si de verdad nos queremos, tenemos que querernos con nuestros defectos y con nuestra virtudes. La persona ideal no existe, y seríamos unos egoístas si sólo estuviésemos contentos con aquello de nuestro cónyuge que fuese de  nuestro agrado. Me viene a la memoria la letra de una canción, de la conocida y admirada Rocío Jurado:

Sólo se te escapa una sonrisa
cuando tienes ganas de mujer.

            O esta otra situación, que no es de ninguna canción:

Sólo se te escapa una sonrisa
cuando quieres que te lleve al Corte Inglés.
           
            Querer a alguien con sus defectos nos llevará a tratar de ayudarle a mejorar, corrigiéndole con delicadeza y paciencia.

            Hay que saber distinguir entre los defectos y los caracteres. En lo segundo es buena la diversidad y la complementariedad, pues así tenemos más recursos al afrontar los problemas que se nos presenten. No obstante, sería un error querer que el otro fuera y actuara como a mí me gusta: esto sólo se puede conseguir libremente y por amor; es decir, yo hago esto por que le gusta a mi mujer; o, al revés, yo me pongo esto por que le agrada a mi marido.
            Oí la anécdota de un matrimonio que tenían continuas discusiones a causa del tubo de pasta de dientes: él era muy impulsivo y apretaba el tubo por donde le parecía, y ella, más ordenada, cada vez que tenía que utilizarlo se lo encontraba deformado. Después de muchos años de discusión a causa del dichoso tubo, llegaron a una solución salomónica: colocar en el mueble del cuarto de baño dos tubos de dentífrico, uno para cada uno.

            Dicen los expertos que dos personas tienen mayor probabilidad o garantía de llegar a quererse irrevocablemente cuanto mayor sea su grado de afinidad. Filosóficamente esta verdad se enuncia desde hace siglos diciendo que «lo semejante ama lo semejante», «la semejanza es causa del amor; la desemejanza, causa de odio». Sin embargo, cuando esa semejanza se da en los defectos, o alguien cede o los problemas están garantizados.

            Me viene a la memoria otra historieta que leí hace tiempo. El hecho se sitúa en una pequeña aldea de Galicia, donde un matrimonio ya entrado en años discutían sobre quién cenaba el único huevo duro que había en la mesa:
—El huevo para mí —decía el marido—.
            A lo que respondía la señora:
—De eso nada, el huevo es para mí.
            Después de una tensa discusión y sin llegar a ningún acuerdo, el marido amenazó a su mujer:
—O me como el huevo o me muero.
—Pues muérete.
            El hombre se fue a la cama y en tono amenazador le dijo a su mujer:
—Llama al cura que me he muerto.
            Todo se precipitó. Vino el cura, se llamó al sepulturero y al día siguiente el marido estaba siendo velado por los vecinos de la pequeña aldea. De vez en cuando su mujer se acercaba al lecho y le preguntaba con voz sigilosa:
—El huevo, ¿para mí o para ti?
—¡Para mí!
            La mujer, entre sollozos volvía a tomar asiento junto a sus apenadas vecinas. Llegó la hora y la comitiva se puso en marcha hacia el cementerio. Ante el cariz que tomaba la situación la señora pidió que abrieran el féretro para despedirse por última vez de su esposo. Abriendo la tapa, le susurró al oído:
—El huevo, ¿para mí o para ti?
—¡¡¡Para mí!!!
            Entonces, sin poder contener las lágrimas ordenó que continuaran. Todo llegaba a su fin y antes de introducirlo en la fosa, la señora volvió a pedir darle el último adiós a su querido esposo. Con voz entrecortada y temerosa le volvió a decir:
—El huevo, ¿para mí o para ti?
—¡¡¡Para mí!!!
            Así que, ella con voz temblorosa le dijo al sepulturero:
—Haga su trabajo.

            Yo espero que nuestra cabezonería no llegue a esos extremos, pero muchas veces el no ceder, el no dar nuestro brazo a torcer da lugar a verdaderas tragedias.

miércoles, 10 de abril de 2013

TARDE DE HIPERMERCADO


Tarde de hipermercado, donde el cansancio y la multitud le pone a uno de los nervios.
-Daniela ¿cojo dos botellas de Casera?
-No. Vamos a coger tres, para que no te salgas con las tuyas.
Sonrío y pienso: o uno de los dos cede o nos llevamos el palet completo.
Como es natural me trago mi amor propio, y cojo tres botellas… Y tan feliz, porque el que obedece no se equivoca.

LA CUERDA



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E OÍ ESTA SENTENCIA A UN BUEN HOMBRE QUE CELEBRABA SU 50º ANIVERSARIO DE BODA: EL MATRIMONIO ES COMO UNA CUERDA. SI NO QUEREMOS QUE SE PARTA CUANDO UNO TIRA, EL OTRO TIENE QUE AFLOJAR.

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EN UN BARCO manda el capitán y por esa razón llegan a puerto. ¿Qué sería de un barco con dos capitanes? ¿Llegaría a puerto?: ¡Estribor!... ¡No!... ¡Babor!
           
            Qué ocurre en el matrimonio cuando se plantean situaciones tensas, está claro: o uno cede o las situaciones son de continuo enfrentamientos por pequeños o grandes problemas que acaban por romper la cuerda.

            ¿Y quién cede? Buena pregunta. Creo que el que más ame. Entonces, ¿siempre cede el mismo? No, he querido decir: el que más ame en el momento del estirón.
           
            Otra solución sería no poner resistencia al tirón de la otra parte, pero esto no lo aconsejo pues sería señal evidente de una falta de interés por las decisiones que se han de tomar ante cualquier problema que se plantee.

viernes, 5 de abril de 2013

ES DE DERECHO NATURAL...



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S DE DERECHO NATURAL, Y SACRAMENTO INSTITUIDO POR JESUCRISTO. MIRAD SI EL TEMA ES DIFÍCIL QUE EL AUTOR DE LA VIDA VEA LA NECESIDAD —CONOCIÉNDONOS COMO NOS CONOCE— DE QUE SÓLO SE PUEDE VIVIR EN PLENITUD ESTE ESTADO CON LA GRACIA SACRAMENTAL.


            El matrimonio es de derecho natural, es decir, propio de la naturaleza humana. Estamos en la tierra por la unión de un hombre y de una mujer, de ahí que la institución matrimonial y como consecuencia inmediata la familia es básica; en un primer lugar para la evolución de la especie y en un segundo lugar como seno donde la persona nace y crece en unas circunstancias únicas.

            Entre bautizados, el matrimonio ha sido elevado por Jesucristo a la dignidad de Sacramento, de esta manera, los contrayentes reciben la Gracia Sacramental que les ayuda a vivir el estado matrimonial y les fortalece para afrontar con amor y espíritu de  sacrificio todos los avatares de un compromiso que abarca toda su existencia. Por poner un símil, la Gracia Sacramental es como ese lubricante que uno echa en la cadena de una bicicleta y que facilita el esfuerzo del pedaleo; es como si alguien nos empujara por detrás ayudándonos a llegar a nuestro destino.

EL AMOR EN EL NOVIAZGO...



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L AMOR EN EL NOVIAZGO ES GRATUITO: PORQUE ME DA LA GANA. EN EL MATRIMONIO, EN CAMBIO, ES UN AMOR DEBIDO EN JUSTICIA: PORQUE ME HE COMPROMETIDO.

            El ser humano ha na­cido para amar. Ese amor entre dos personas emerge en un principio de la atracción física —todos tenemos experiencia de nuestros años mozos—: nace un “ideal” que el tiempo y el trato se encargó de  disipar o de reafirmar.                
            El noviazgo es un periodo de acercamiento a la realidad del otro, una preparación que debe estar regida más por la cabeza que por el corazón. El amor que se ofrece es gratuito, y aún no existe un compromiso formal. El noviazgo es el camino donde se fragua el compromiso que dará lugar a la decisión de que los "enamor-dados" se convierten en "es-po-sa-dos".

            En el matrimonio, el amor es de justicia. Uno tiene que tener claro que cuando se casa se compromete libremente a amar al otro. Esto es bueno pues nos aseguramos el amor en ambos sentidos. Sólo el amor y la comprensión pueden sacarnos de nuestras miserias —no debemos olvidar que somos capaces de los mayores errores y de los mayores horrores— y que sólo ese amor nos ayudará a asumir los cambios que con el tiempo se introducen en nuestro físico y en nuestro carácter: Quiéreme cuando menos lo merezca, porque será cuando más lo necesite. (Dr. Jekiyll)

            Nos podríamos hacer la siguiente pregunta: ¿Pero se puede querer por obligación?, Sí, si se es fiel al compromiso contraído, y si la obligación está contraída libremente: ¿Cuesta atender a ese niño pequeño a cualquier hora de la madrugada?, ¿cuesta levantarse por la mañana para ir al trabajo?, ¿cuesta querer a ese hijo que va a lo suyo?  Hay tantas y tantas actuaciones que por fidelidad y sentido de la responsabilidad tiene uno que asumir…
            Me gusta recordar la formula del sacramento del matrimonio, en la que el sacerdote invita a los novios a expresar el consentimiento: “Yo, Antonio,  te recibo a ti, Isabel, como esposa, y me entrego a ti, y prometo serte fiel en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad, todos los días de mi vida”.    
             Se ve que no hay resquicios en el devenir del matrimonio que no queden recogidas en estas frases, por la que se adquiere la condición de cónyuges para siempre.

EL MATRIMONIO ES UNA PROFESIÓN...



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L MATRIMONIO ES UNA PROFE­SIÓN, LA ÚNICA PARA LA QUE NO SE REQUIERE PREPARACIÓN NI SE EXIGE MÁS APTITUD QUE LA EDAD Y ESTAR SOLTERO.


            Para construir un edifi­cio o para levantar un puente, se exige una preparación: muchos años de estu­dios, una buena for­mación téc­nica y una buena ex­periencia profesional; al final, el edificio o el puente.

            Para formar una familia: la edad* y estar soltero. Esto es una realidad incuestionable, unos años de noviaz­go, unos cursos prematrimoniales —si te casas por la Iglesia— y: patos al agua.

            Uno puede constatar que ese es el camino que hemos recorrido la mayoría de las personas que han optado por el estado matrimonial. No nos planteamos grandes disquisiciones a la hora de fundar una familia; el amor y la ilusión son las “vendas que ciegan” a los enamorados y que consiguen que no se planteen situaciones que el tiempo poco a poco se encargará de hacer llegar. Hemos comenzado como “aprendices” y al igual que en mundo laboral algunos han llegado a ser buenos “oficiales”.

*Sobre la edad: No puede contraer matrimo­nio válido el varón antes de los 16 años cumplidos ni la mujer antes de los 14 también cumplidos. La Conferencia Episcopal puede establecer una edad superior para la celebración lícita del matrimonio. En Espa­ña la Conferencia Episcopal Española ha establecido la edad de 18 años para la licitud, igual que en el Código Civil. Cabe solicitar licencia para contraer entre 14 —la mujer— y 16— el varón— y los 18 años. También cabe dispensa —aunque difícilmente se conce­de— para contraer an­tes de los 14, la mujer, y 16, el varón.